
Las joyas como amuletos protectores
Al igual que en otras civilizaciones, en el Antiguo Egipto las joyas tuvieron un papel muy importante en la sociedad egipcia. Las joyas, portadas tanto por hombres como mujeres tenían un significado mágico y religioso y se utilizaban como adornos pro también como amuletos protectores para auyentar malos espíritus. Las joyas además podían ser un signo de poder de tal forma que las clases más altas utilizaban materiales más valiosos o traídos de países lejanos.
Metales utilizados
Los egipcios utilizaron diferentes metales como el cobre, la plata y el oro que combinaban con piedras semipreciosas de diversos colores. Mientras el oro era utilizado por las clases mas pudientes, el pueblo usaba el cobre. La plata era muy preciada pues no existían yacimientos en Egipto y tenía que ser transportada desde áreas remotas.
Piedras semipreciosas
Entre las piedras utilizadas, destacan las cornalinas, los jaspes rojos y los granates por sus característicos colores rojizos o anaranjados que estaban relacionados con la energía del sol y la fuerza vital. También utilizaron piedras de colores verdosos como la malaquita, la turquesa, y el jaspe verde, colores relacionados principalmente con la vida, la fertilidad y la regeneración. Pero uno de los colores preferidos de los egipcios fue el color azul, siendo el lapislázuli la piedra más preciada para la confección de ornamentos y amuletos. El lapislázuli, denominado por los egipcios como "piedra de las estrellas", representaba la eternidad y las divinidades. Al parecer, el polvo de lapislázuli se utilizaba para preparar medicamentos y Cleopatra lo utilizaba como maquillaje. Las joyas egipcias confeccionadas con lapislázuli, además de ser usadas en vida, al tener un significado protector y religioso también fueron usadas para adornar las momias en los rituales funerarios. Joyas con lapislázuli has sido encontradas en diversas excavaciones como las de Naquada,
Pasta egipcia
Dado que no había yacimientos de turquesas y de lapislázuli en Egipto, estas piedra semipreciosas debían traerse desde la península del Sinaí y de Afganistán respectivamente, lo cual hacía que fuera muy valiosas y poco asequibles para el pueblo. Para suplirlas, las clases menos adineradas, utilizaron la pasta vítrea, conocida hoy como "pasta egipcia" o "fayenza egipcia" para obtener colores verdosos y azules. Esta pasta cerámica vidriada, cuyo descubrimiento se atribuye a los egipcios (2686-2181 aC.), no estaba constituida por arcilla sino por sílice y compuestos de sosa que son fáciles de obtener en las zonas desérticas. Descubrieron los artesanos que, al añadir metales como cobre a la pasta base, tras un secado adecuado y una sola cocción, se producía un vidriado o esmalte en la superficie que recuerda el verde turquesa o el azul del lapislázuli. Joyas de pasta egipcia fueron producidas en gran cantidad y exportadas desde Egipto hasta países del Mediterráneo y norte de Europa.